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Gracias a mi trabajo, he tenido la oportunidad de conocer a maravillosas personas, con preciosas historias de amor. Cuando llegan a mí, buscan a alguien que conozca, comprenda y cuente con detalle, todos los matices que los hacen diferentes. Y esto por muchas veces que se repita, para mí no deja de tener un enorme valor y con ello siento una gran responsabilidad. Pero si todas las parejas son únicas, la historia que aquí os traigo es especialmente singular.
Conocí a Deborah y Javi hace unos 5 años en una formación, y desde entonces se han vuelto imprescindibles para mí. Con Javi prácticamente hablo a diario, de la profesión, de cine, de gastronomía o de la vida misma y cuando nos da por llamarnos, mejor ponerme cómodo por que va para rato… Pero a veces, cuanto más conoces a alguien, más lejos quedan algunas cuestiones, que no tienes oportunidad de preguntar.
El día que a través de una videollamada, me dijeron que se casaban y que querían que yo hiciese su película, empezaron a venir a mi cabeza un montón de ideas, pero sobre todo, quería que la película tuviese implícito un homenaje al cine que tanto amamos.
Sentí desde el primer minuto su confianza plena en mí y que era la oportunidad de conocerles aún mejor, ¿qué más podía pedir?.
Pues bien, si tenía algunas expectativas de aprendizaje, se han visto superadas con creces. En la entrevista, no solo tuvimos la oportunidad de hablar sobre su historia de amor, además me dibujaron su mapa vital, para que comprendiera la profundidad de su amor. Fueron generosos, muy generosos abriéndose por completo y confiando en mí muchas de las experiencias que han marcado su vida. Para que os hagáis una idea, la entrevista, (que habitualmente duran unas 3 horas) duró casi 9 horas.
«Bullas, Ítaca», es la historia de un viaje emocional, donde lo realmente importante es disfrutar del camino deseando que esté «lleno de aventuras, lleno de experiencias»
Hay historias que trascienden y personas destinadas a ser protagonistas de estas historias.
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