Una pieza diaria de un minuto, en formato cuadrado, que las imágenes, el texto y la cadencia de mi voz, sirvieran de cápsula a las emociones experimentadas ese día y asomándome solo, a una de las dos ventanas que puedo elegir. Una mirada forzada a la corta distancia, que explorase así los matices de mi día a día, como se perciben con el tacto las fibras de la madera cruda.